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El Cuatro Puertorriqueño

 

El instrumento nacional de Puerto Rico es el cuatro. Desde tiempos remotos de la historia de la Isla existió en los campos puertorriqueños un instrumento antiguo de cuatro cuerdas sencillas de tripa, tocado con una púa (también conocido como plectro, pajilla o uña) con una forma distintiva--una parecida a la de un ojo de cerradura. Este instrumento, que hoy nombramos cuatro antiguo, es distinto en forma, sonido, tipo y arreglo de cuerdas, y afinación al del cuatro moderno de hoy. El Cuatro antiguo perduró en los campos de Puerto Rico hasta desvanecer por completo de la escena para la mitad del siglo 20.

 

En el sur de la isla, comenzando alrededor de la década de 1920, aparece en la zona sur de Puerto Rico una modernización del cuatro antiguo, afinada como tal pero con 8 cuerdas de metal. Esta forma eventualmente desaparece también, junto con su antecedente de cuatro cuerdas.

 

Pero a fines del siglo 19 aparece otro instrumento-- también nombrado cuatro-- con cinco pares de cuerdas de metal, primero con la forma de cerradura pero luego con forma de violín. Éste es el cuatro que perdura hoy en día como el cuatro moderno puertorriqueño.

 

Existieron otros instrumentos de cuerda tradicionales puertorriqueños, con sus funciones musicales particulares, pero mayormente desaparecieron de la vista pública durante el siglo pasado.  Éstos instrumentos--los varios tiples y bordonúas--están actualmente gozando de un renacimiento, gracias a varios grupos  de rescate, incluso el nuestro.

 

El cuatro nunca se toca solo. El cuatro mayormente toca la parte melódica en un conjunto de instrumentos nativos. En tiempos modernos, usualmente se acompaña de otro cuatro ("cuatros a dúo") y/o una guitarra, y siempre con un güiro o guícharo, instrumento raspador de percusión.

 

El cuatro y los otros instrumentos nativos se oían en los campos acompañado al puertorriqueño en ritos religiosos como promesas a la virgen, florones, rosarios cantados, y fiestas patronales--tanto como eventos seculares como fiestas del fin de la cosecha y eventos políticos.

En el siglo diecinueve el cuatro también se podía encontrar en las grandes ciudades formando parte de orquestas de salón, tocando música clásica y música de baile europea en los salones y teatros.  Los jíbaros que llegaban a los pueblos y ciudades para vender sus cosechas, oían esa musica formal, le gustó y la llevaron a sus campos de regreso. Y así crearon "orquestas jíbaras" en el campo--éstas integradas por un cuatro tocando melodía, el diminutivo tiple tocando los acordes de acompañamiento y una grande bordonúa tocando las notas graves o bajas.

 

 

Fuente: El Proyecto del Cuatro

http://www.cuatro-pr.org